La finca cuenta con una parte antigua que fue minuciosamente reconstruida en 2002, conservando su encanto rústico con materiales y elementos auténticos. Esta sección se fusiona de manera armoniosa con la parte más moderna de dos alturas, que incluye una torre característica. Ambas partes ocupan aproximadamente la mitad de la superficie total de la propiedad.

La parcela está completamente vallada y se encuentra envuelta por un hermoso pinar que ofrece privacidad y aislamiento. El acceso a la finca y al garaje anexo se facilita a través de tres puertas de entrada.

Al ingresar a la parte rústica de la propiedad a través de un pintoresco patio, se destacan las amplias paredes, los techos altos con vigas hermosamente talladas y los materiales cuidadosamente seleccionados. Aquí, se encuentra un espacioso ambiente abierto que integra el hall, el salón y el comedor, junto con un cuarto de ducha. Adyacente a esto, se encuentra la cocina, recientemente renovada, y un amplio dormitorio con su baño en-suite.

Continuando hacia la parte moderna, se encuentra un elegante cuarto de baño con bañera y ducha de hidromasaje, un dormitorio, una pequeña bodega y acceso al garaje y al lavadero.

La planta superior es un espacio diáfano que alberga un amplio y luminoso salón comedor que se abre a una terraza exterior con vistas panorámicas de la piscina de 4 x 10 metros y el mar en la distancia. Al otro lado, se accede al jardín, donde se encuentran dos áreas de barbacoa. Un dormitorio adicional, con su propio baño en-suite, se encuentra en la torre y se conecta mediante una escalera de caracol de madera tallada, proveniente de una iglesia.

Además, la finca cuenta con un estudio independiente con cocina y cuarto de ducha, ofreciendo un espacio adicional y versátil.